Cuando decidimos convertirno en programadores, lo hacemos por nuestra pasión por la tecnología, el placer de resolver un problema de lógica, etc. Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas, en ocaciones nos encontramos en circunstancias que no son tan satisfactorias como lo esperábamos. Aquí les contaré algunas de las cosas que he vivido en mi experiencia personas, trabajando ya varios años como desarrollador de software.
Proyectos eternos
El primer punto que me ha traído frustración a mi vida como desarrollador ha sido estar en un proyecto que parece no tener final. Esto es duro y poco satisfactorio al final del día, deja de convertirse en un trabajo apasionante y te comienzas a sentir como un oficinista tradicional yendo a trabajar solo para cumplir el día y cobrar tu quincena.
En este punto me siento un poco contradictorio ha decir verdad, estar un proyecto de este tipo no es malo desde todos los puntos de vista, de cierta forma te da estabilidad y eso es bueno. Pero hay punto en los que sientes que dejas de aprender y de aportar valor a un proyecto así. En resumen, es bueno para tus finanzas, malo para tu realización personal y profesional.
Estrés físico
Este es un punto que no necesariamente es culpa de nuestra profesión, es más culpa de los profesionales que no tienen control de sus vidas. Me explico. Después de varios años sentándome varias horas frente a un computador todos los días de mi vida, el cuerpo puede llegar a pasar facturas. La solución para esto es evidente, levantarme y hacer ejercicio, sin embargo, no siempre es tan fácil.
Soy un perezono, este es mi problema real así que para poder afrontar este problema se volvió necesario formar un plan y autocastigarme cuando no lo cumpla al pie de la letra. Me castigo mucho. Estoy seguro que hay profesionales para los que este no es un problema, a decir verdad tengo el tiempo para hacer ejercicio, sin embargo pocas veces encuentro el ánimo para hacerlo.
Avalancha de tecnologías
Cuando levantamos la vista para ver que cosas nuevas podemos aprender, notamos que una avalancha de tecnologías nos aplasta. Es rídica la cantidad de frameworks, lenguajes y librerías hay por ahí que merecen ser estudiadas a profunididad. Sabemos que no podemos quedarnos con lo que sabemos, pero, la pregunta ¿qué debería estudiar ahora? se vuelve muy difícil de contestar.
En mi caso, estoy estudiando Golang, me parece un lenguaje fantástico, sin embargo luego veo un vídeo o leo un artículo sobre Rust y me apetece echarle un ojo, luego Astro llama mi atención por su velocidad pero si tengo que hacer un proyecto mejor uso NextJS y siempre aprende algo nuevo. Tenemos 10 mil opciones, esto abruma.
Nunca parar de aprender
Este es un mantra entre miles de programadores, siempre, todos los días estamos aprendiendo nuevas cosas (y olvidando otras, para ser honestos) esto es placentero, al menos para mi. Sin embargo, el punto anterior señala y sustenta este. Adoro aprender, pero invertir 3 meses para aprender un lenguaje que talvez nunca usarás, no suena del todo atractivo.
Decidir qué aprender se vuelte un tema no solo de elección, sino de aficiencia. Y si eras tan obsesivo como yo en el tema de la eficiencia, notarás de donde viene mi estrés. Por suerte tengo un trabajo que me permite estudiar por la noches y los fines de semana, con el objetivo de ser más eficiente con el tema de mi educación, decidí hacerme cargo de mi educación yo mismo y salirme de la universidad. Por favor deja tus comentarios respecto a mi decisión.
En resumen
La programación es fantástica, adoro mi profesión y programar todos los días es lo que quiero seguir haciendo, todos los puntos antes mencionados tienen su solución, uno involucran madurez emocional y otras un poco de caracter y autocontrol. Si te has encontrado en algun situación estresante por favor déjalo en los comentarios, me gustará leerte.